Curiosa frase la de Neil Amstrong. Imagino que en ese momento no pensó hacia donde iría la humanidad.
En estos momentos, donde el postureo y el rosa fagocitan absolutamente todo, a veces, por suerte o por desgracia, los detalles marcan la diferencia y los símbolos cobran si cabe más importancia.
En un orbe de ídolos de carne y hueso y de adoración a frutas y animales en la solapa, algunos símbolos son capaces de cerrar y abrir puertas, mentes y, por qué no, piernas.
Una mirada, una sonrisa furtiva, o el más inapreciable de los gestos es capaz de hacer sentir vivo o sentenciar a muerte al más duro de los espartanos del mundo. Entre ilusiones y decepciones, amigos y otras cosas, se termina esfumando la arena que se lleva el viento.
En un día sin noches, donde todo es movimiento y luces de colores, uno está parado, solo. Que no me busquen a mi, me quedé atrás en la foto despojándome de mis símbolos, quedándome con lo que es solo mío.
No más intentos, ni más intenciones, ni más fotos. Quien me busque que me encuentre, seguro que lo hará. Allí estaré, un poco más allá de la foto, sin símbolos, sin luces y quieto.
simplemente Yo.
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