Hace poco estuve hablando con un amigo sobre como había evolucionado la prensa en general. Es bastante curioso como se ha ido pasando del periodismo serio a lo que ahora se llama prensa rosa, y es que el rosa lo ha inundado todo. La política, el deporte,... y la calle.
Es triste que los programas más chuscos y descarnados sean los de más audiencia, que se muestre de forma tan clara la mediocridad de personas que hablan y critican a otras personas. Primero fue el famoso sin oficio ni beneficio, luego el famoso casposo y ahora... el desastre total.
En realidad, lo verdaderamente triste no es eso, lo triste es que esa evolución ha sido obligada por los intereses de la gente. Pan y circo refinado a través de los siglos.
La gente... ese "mal necesario".
En general, España es un país de porteras. La crítica y el cotilleo lo inunda todo. Grupos de amigos, asociaciones de todo tipo y lugares de trabajo no se salvan de chismorreos, críticas y todo tipo de conversaciones dañinas.
Cuando hay duros y guión de por medio podría ser entendible, incluso cuando la crítica y el chismorreo es fruto de envidias y complejos inconfesables, de aquellos que cual serpiente conspiran para usar la manzana. Pero cuando son por diversión o, simplemente porque sí...
En cualquier caso, el problema existe porque se interfiere en terceras personas con consecuencias, a veces más graves de lo que parecen.
Y qué decir de estas personas. Qué tipo de persona es la que, por diversión o deformación es capaz de hacer estas cosas?
Desde luego, es una persona con unas carencias y unas deficiencias graves, de la que solo se puede sentir lástima. No se puede sentir ni odio ni ira hacia ellos. Inicialmente quizás si, pero en el fondo, lo que dan es lástima.
El periodista de barrio, el chismoso, es un ser deleznable que debería ser "eliminado".
Tan difícil es dejar en paz al resto sin influir negativamente en ellos? Yo creo que no, pero siempre habrá infelices que siguiendo el ejemplo de la tele, se dediquen a joder al resto.
A esos habría que avisarles. Cuidado, al igual que hay famosos respondones y peligrosos, lo mismo ocurre con el ciudadano de a pie, ándense con ojo.
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